La madre con cinco hijos que decidió posponer su tratamiento contra el cáncer para salvar la vida del bebé que esperaba

Kim Vaillancourt, americana, acababa de adoptar a tres niñas cuando fue diagnosticada de cáncer. Prefirió aplazar el tratamiento para no poner en riesgo la vida de su hijo. Testimonios como estos no se conocen todos los días. La historia de Kim Vaillancourt ha dado la vuelta al mundo por su impactante ejemplo de amor y de vida. Phil y Kim tenían dos hijos biológicos y acababan de adoptar a tres niñas cuando llegó la buena noticia: ¡Kim estaba embarazada de su sexto hijo! En medio de esta nube de felicidad, Kim empezó a encontrarse mal, con dolores de cabeza y náuseas. No le hubiera dado mayor importancia de no haber estado embarazada, pero dado que se sentía responsable de la vida que llevaba dentro, decidió acudir al hospital para realizarse un control. Los médicos le comunicaron rápidamente el fatal diagnóstico: Kim tenía dos glioblastomas, el cáncer del sistema nervioso más frecuente y más maligno. De no haber sido diagnosticados, hubieran acabado con su vida. Fue intervenida quirúrgicamente de urgencia. Pero cuando los médicos le dijeron que debía someterse a un tratamiento que pondría en peligro la integridad del bebé, Kim tomó la decisión de retrasarlo hasta que ya hubiera nacido. El glioblastoma, si no se trata, reaparece fatalmente aproximadamente a los 6 meses. Cuando preguntaban a Kim porqué había tomado esa decisión, ella lo tenía muy claro. “No hubiera ido al médico de no haber sido porque estaba embarazada. El bebé salvó mi vida, y ahora es mi turno de salvar la suya”. El marido de Kim, Phil, y sus hijos, apoyaron a Kim durante todo este tiempo, preparándose para acoger al nuevo hermano y para gestionarse sin la presencia de su madre. A través de una página de Gofundme.com, recaudaron fondos de familiares, amigos y gente que había conocido su historia, para que les ayudaran a adaptarse a la nueva situación. Finalmente, el 8 de abril nació Wyatt Eli, un varón sano que fue acogido con la mayor de las alegrías en su familia. Kim comenzó el tratamiento inmediatamente después. Desde aquí le deseamos lo mejor para ella y su familia.

Nace después de cuatro meses de la muerte cerebral de su madre

El caso se ha llevado en Lisboa. Los médicos lo clasifican de “fenómeno de vida». El cuerpo de su madre fue la “incubadora humana” que permitió continuar con el desarrollo del niño. 105 días. Es el tiempo que el bebé pasó en el útero de su madre después de que se la declarara en muerte cerebral por una hemorragia intracraneal. Ocurrió en el hospital central de Lisboa, convirtiéndose en uno de los casos en los que más tiempo se ha conseguido proseguir con el embarazo después del fallecimiento de la madre; de toda Europa. La mujer era una paciente oncológica, de 37 años de edad, que antes de morir, dejó claro su deseo de apostar por la vida de su hijo. Por eso, cuando tras la hemorragia los médicos diagnosticaron su muerte, y comprobaron que la salud del feto era buena, consultaron al Comité de Ética, y tras su resolución favorable, decidieron mantener el cuerpo de la madre vivo artificialmente para que el bebé pudiera continuar su desarrollo. Un comité científico se encargó de vigilar la evolución del feto, en la que no faltaron algunas complicaciones, fundamentalmente relacionadas con infecciones, pero que se detectaron y controlaron precozmente. La familia estuvo desde el primer momento de acuerdo con la decisión médica, aunque el ministerio fiscal estaba preparado para asumir la tutela legal del niño. El varón nació  el martes de la semana pasada, con 32 semanas, por cesárea y sin complicaciones. Actualmente se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos, a cargo del servicio de Neonatología. Su evolución es buena, y planean darle el alta para que pueda ir a casa con su padre. “Fenómeno de vida” es el término con el que los médicos portugueses describían a esta “historia de contrastes”. Esta historia de una madre que supo cuidar de su hijo más allá de la propia muerte.

Una modelo con cáncer decidió apostar por la vida de su bebé y sucedió un milagro

“Espero que ayude a la gente a que se acepten y amen”, es el mensaje  que quiere transmitir a todas aquellas jóvenes que atraviesen su misma situación Emma G. Prieto Elizaveta Bulokhova es una modelo canadiense de 25 años, y el año pasado, tan solo con 24, tuvo que enfrentar la impactante noticia de que estaba sufriendo cáncer. Los doctores le detectaron osteosarcoma, el cáncer óseo más común entre adolescentes y jóvenes, apenas un mes antes de enterarse que estaba embarazada. Debido a su estado, le recomendaron que interrumpiera y diera término a su embarazo para comenzar la quimioterapia, pero ella decidió esperar. “No comenzar la quimioterapia a tiempo bajaba mis posibilidades de supervivencia. Pero decidí que lo que tenía que pasar, lo aceptaría. Lo acepté día a día“, declaraba. Tomó una valiente decisión por su bebé, pero todo resultó mejor de lo esperado. Tuvo una primera cirugía que retrasó la quimioterapia, hasta que pudo dar a luz, unas 10 semanas antes de la fecha real de parto. Nació su hijo Valentín, y apenas se recuperó de la cesárea, comenzó la quimioterapia. Además de eso, sus cirugías removieron el 95% de su mandíbula, además de un proceso de reconstrucción de esta por el que tuvo que pasar. Tras varios meses ha logrado superar esta dura enfermedad. Para celebrarlo, le pidió al fotógrafo Manolo Cerón capturar por lo que había pasado: “Una cosa que le pedí al fotógrafo es que mostrara todas mis cicatrices. Quería aceptarlas. Creo que son bastante geniales, y mi cirujano hizo un gran trabajo; lucen como arte para mí”. Hoy Elizaveta está sana y continúa su proceso para mantenerse así. Disfruta de su hijo y su novio y la familia que han formado, además del hecho de seguir con vida: “Quiero recordarle a las personas que tú eres quien define tu belleza. Cómo te sientes te hace hermosa, y si te amas, nada puede vencerte, ni siquiera el cáncer. Todas tus imperfecciones se vuelven perfectas para ti. Las cicatrices, la falta de pelo, todo te recuerda mostrar lo fuerte que eres, cómo venciste al cáncer. Te transformas en una persona orgullosa de lo que eres, y eso es mucho más importante – la fortaleza interna y tu habilidad de sobreponerte a todo lo que se ponga en tu camino. Me siento bonita, por lo tanto lo soy“.