Brandi Swindell: la mujer que quiere acabar con la industria pro-aborto en Estados Unidos

Brandi Swindell es una activista provida americana que ha creado unos centros de atención a la mujer que compiten con Planned Parenthood. (Imagen de la Revista Cosmopolitan) La semana pasada la famosa revista Cosmopolitan publicaba una entrevista a Brandi Swindell, presidenta de los centros Stanton Healthcare. Pero, ¿quién es esta mujer y cuáles son sus objetivos? Swindell es una americana de 39 años, dedicada desde su más pronta juventud al activismo provida, por todo Estados Unidos e Irlanda del Norte. Su último proyecto tiene un objetivo revolucionario: sustituir a Planned Parenthood, en la atención a las mujeres en cuestiones de atención a la fertilidad, reproducción y embarazo. Planned Parenthood es una organización de enorme importancia en Estados Unidos, conocida por su política claramente definida como pro-aborto. El proyecto de Swindell, que ella llama “the Stanton Revolution”, tiene el nombre en honor de Elisabeth Stanton, una famosa activista feminista, muy admirada por Swindell, con frases como esta que aparece en la web de Stanton: when we consider that women have been treated as property, it is degrading to women that we should treat our children as property to dispose of as we see fit (cuando tenemos en cuenta que las mujeres hemos sido tratadas como propiedad, es degradante para las mujeres que debamos tratar a los niños como una propiedad de la que disponer como nos plazca). En la interesante revista de Cosmopolitan (http://goo.gl/5WsylV) Swindell explica el gran éxito que está teniendo su proyecto: “Cuando decimos Stanton Revolution, creemos verdaderamente en ello. Este modelo y este abordaje están funcionando. Sencillamente, tiene sentido, y es el momento adecuado. La gente está hambrienta de esto”. Éxito manifestado en cómo en tan solo 10 años, han pasado de ser un único centro a ser una amplia red de atención a la mujer embarazada en cinco estados y en Irlanda del Norte. La propia revista Cosmopolitan, tradicionalmente situada como pro-choice, reconoce que aunque es improbable que el proyecto de Swindell sustituya a Planned Parenthood, desde luego, va bien encaminada. Una de sus colaboradoras afirma: “Sabemos que Planned Parenthood es como el Goliath al otro lado. Tenemos que ver lo que ellos ofrecen y lo que nosotros podemos ofrecer también, y eso es lo que Brandi está haciendo. Tiene el modelo, tiene el plan empresarial, es inteligente, es espabilada, y tremendamente apasionada. Ha creado algo que es perdurable y replicable, y eso es lo grande de todo esto”. Además, la atención que brindan a las mujeres, personalizada y cercana, hace que sean muchos los testimonios personales que hablen a su favor. “Te tratan como a una amiga”, “te hacen ecografías gratis, y eso es increíble”, “me siento acogida”, “si pudiera, le diría a todo el mundo que fuera a Stanton a hacerse el seguimiento del embarazo”; son algunos de los testimonios que leemos en la revista. Iniciativas como esta son las que cambian la sociedad. ¡Enhorabuena Brandi Swindell!

‘Me tenían totalmente prohibido dejar que las mujeres vieran la pantalla durante el aborto’

Patricia Sandoval, ex trabajadora de Planned Parenthood, cuenta su historia sobre qué se esconde detrás del negocio del aborto, llegando a afirmar que le entrenaron para engañar a las mujeres y cuando se fue, cayó en la droga para aliviar su dolor. Emma G. Prieto REDACCIÓN.- Patricia Sandoval tenía solo 19 años cuando se quedó embarazada por primera vez. Presa del miedo al futuro y al qué dirán, acudió a una clínica de Planned Parenthood en California donde le convencieron de que abortar era la mejor opción y que no estaba haciendo daño a su hijo, sino deshaciéndose de un montón de células que le impedirían continuar con su vida. Después del primer aborto vinieron otros dos, y poco a poco algo fue rompiéndose dentro de ella. Años más tarde, Patricia Sandoval ha sido capaz de aceptar que interrumpió voluntariamente la vida de sus tres hijos. Lo supo el día que, trabajando en una clínica de Planned Parenthood como asistente médico, ayudó por primera vez a practicar un aborto. Al sacar las partes despedazadas de un bebé del cuerpo de la mujer a la que había convencido para que abortara, Patricia comprendió que había sido cómplice de un asesinato. Así lo cuenta ahora, años después, cuando ha sido capaz de perdonarse a sí misma y de escapar de su adicción a las drogas a las que se hizo adicta a causa del sentimiento de culpabilidad.